Por Catalina Estrella
En la lectura hay ciertos procesos que permiten conexiones únicas con los textos. Hay momentos en particular donde al ver una representación de sí mismo el lector parece construir una cierta complicidad con el relato.
Esto sucede con Leer y dormir de Gonzalo Maier, editado este año por Minúscula. Compuesto por 33 textos breves y una nota final del autor, es en cierta medida una narración del ocio, de los pequeños grandes placeres de la vida cotidiana. Un libro que cabe justo entre la crónica, los apuntes y el ensayo, es también una especie de fotografía análoga. La enorme capacidad narrativa del autor permite que el lector participe de estos episodios, edificando imágenes mentales más allá del límite del encuadre, contextualizando el momento como quien se sienta a escuchar el relato de alguien cercano.
Leer y dormir remiten a dos placeres que se enmarcan en momentos de ocio, pero entre estas dos actividades tan humanas hay mucho más. De todo eso es lo que se trata este libro, de los paseos por la calle, de las idas a una librería, de todos esos libros que dejamos a medias, y de tantos otros que solo compramos porque hay que tenerlos y no porque necesariamente vayamos a leerlo.
Un tributo a la experiencia de leer con todo lo que conlleva, un relato precioso de lo íntimo, de lo doméstico, de lo real.