Por Katherine Gallardo
Después de largas cuarentenas y espacios en casa que parecían cada día más pequeños, las plazas se convirtieron en pequeños paraísos, que en verano se vuelven indispensables también para capear las altas temperaturas. En Ñuñoa, tenemos dos espacios que recientemente se abrieron a la comunidad, como una forma de repensar y democratizar el espacio público y municipal.
Los jardines de la Casa de la Cultura, ubicada en Irarrázaval 4055, dejaron de ser utilizados como estacionamiento y se transformaron en un espacio que hoy se utiliza para actividades culturales y de recreación. Una cuadra más hacia el oriente, en Irarrázaval 4280, el palacio que alberga a la Corporación Cultural, permite ingresar y hacer uso de los jardines que rodean al Palacio García.
Hoy te contamos más acerca de los jardines de la Corporación Cultural, donde está permitido hacer picnic, pasear a las mascotas, leer un libro, jugar o simplemente sentarse a observar.
¿Quieres una excusa más? Puedes venir a identificar la flora que se mantiene hace años. En esa tarea le pedimos ayuda a Valentina Trejos, autora del libro Laboratorio Botánico (que puedes encontrar en el Espacio Literario), para ayudarnos con parte de la misión. Esto es lo que descubrimos:
Hiedra
La hiedra es especial para cubrir muros y cuando se busca conseguir algo de privacidad, pero hay que tener cuidado con un par de cosas: lo primero es que puede ser muy invasiva, llegando incluso a sacar la pintura de los muros por donde va trepando. Lo segundo, es que esta misma característica puede ser un problema si la ubicamos al lado de un árbol. En ocasiones puede comenzar a crecer trepando por su tronco, pudiendo dañarlo.
Pitosporos
Los pitosporos son especies persistentes, es decir, que no pierden sus hojas y se mantienen verdes durante todo el año. Son arbustos que pueden alcanzar sobre los 2 metros de altura, pero si los queremos mantener compactos, podemos ir podándolos para darles forma. Pueden ubicarse a pleno sol o semisombra, y durante la primavera comienzan a florecer, regalándonos un olor delicioso.
Lirios
Los lirios de invierno son bulbos que duermen durante las temporadas cálidas y florecen durante el invierno y la primavera. Son ideales para plantar en grupo y hacerlos destacar en un jardín con especies persistentes. Una vez que la flor muere, no es necesario sacar el bulbo de la tierra, pero se pueden desenterrar y guardar en un lugar fresco y oscuro, y volver a plantar en otoño.
Tulbaghia
La Tulbaghia es una herbácea preciosa que se mantiene con hojas durante todo el año, y florece entre el otoño y el verano. Resiste muy bien la falta de agua y la exposición a pleno sol, pero no tolera bien las heladas. Sus hojas pueden tener un fuerte olor a ajo cuando se rompen o quiebran, una característica a tener en cuenta al momento de plantarla.
Flor de pluma
La flor de la pluma es otra planta clásica de la primavera. Es perfecta para pérgolas y cubrir muros, y sus flores tienen un aroma maravilloso. Es una planta caduca, lo que significa que durante el otoño e invierno pierde todas sus hojas, dejando solo sus ramas a la vista.
Geranio
El geranio, también conocido como cardenal, es lejos una de las plantas más resistentes que podemos encontrar. Hay cardenales en muchos colores distintos, los que florecen durante todo el año. Les encanta el sol directo y también resisten bien la falta de agua, aunque lo ideal es regar apenas notemos que la tierra está seca.
La invitación está abierta para que vengas tú también a identificar otras flores y plantas presentes en el jardín de la Corporación Cultural. Y de paso, también disfrutar de todos los beneficios al aire libre que otorga este espacio que es de todas y todos.