El Espacio Literario de Ñuñoa fue el escenario de un encuentro inolvidable con la poeta chilena Elvira Hernández, quien el martes 28 de enero ofreció una lectura de su icónico poema La Bandera de Chile. Considerada una obra fundamental de los años 80, su lectura convocó a un centenar de asistentes.
Organizada por la Corporación Cultural de Ñuñoa, la actividad también incluyó un conversatorio dirigido por Ricardo Brodsky, director de la institución – y licenciado en Literatura de la Universidad de Chile-. Juntos reflexionaron sobre temas cruciales como el feminismo, el impacto de las nuevas tecnologías en el arte, el cuestionamiento de la palabra y el papel de la poesía en la actualidad. Hernández compartió su mirada sobre la vigencia de su obra y el valor de la poesía como un espacio de resistencia y pensamiento crítico.
Respecto al feminismo, la escritora señaló “He compartido la postura de Gabriela Mistral. Gabriela Mistral no tenía mucho interés en el feminismo norteamericano, ella siempre se situó en nuestro continente y abogaba por las mujeres trabajadoras en primer lugar, porque ella defendió un feminismo de clase. La mujer trabajadora, la mujer madre de siete chiquillos, la mujer que se hace cargo de la familia porque el hombre desaparece y eso es muy natural en Latinoamérica. Y luego en esta búsqueda de derechos, la Mistral no tenía mucho entusiasmo de que la mujer votara, porque sentía que las mujeres se tenían que preparar primero. Sentía una desazón cuando veía una gran cantidad de mujeres que ponían su voto donde no tenían que ponerlo. Entonces sentía que la mujer no estaba preparada. Y también sentía que no teníamos que igualarnos absolutamente en todo a los hombres. Si había algún trabajo al que no era importante llegar, era mejor no llegar. Porque consideraba que habían ciertos trabajos que eran denigrantes. Entonces en ese aspecto ella era muy cuidadosa. Después de las sufragistas, hay una serie de otras demandas. Y la demanda por la autonomía del cuerpo de la mujer, eso es algo necesario”.
Por otro lado, habló del cuestionamiento de la palabra en la sociedad de hoy y el rol de la poesía en la actualidad: “Ya vimos que la palabra está flaqueando. Por todos lados porque lo que se dice tiene sospecha. Y en nuestra comunicación diaria es mejor poner un dibujito que una palabra, porque es más rápido también. Entonces la rapidez también elimina la palabra. Pero bueno la poesía dentro de este descrédito porque se dice que la economía es lo que importa -y las ciencias en general, que en el fondo nos dicen qué es lo que importa- se manejan con datos, cifras y números. Lo otro es poesía, o sea algo un poco ridículo. Sin embargo, la única materia de la poesía son las palabras. Su único tema son las palabras. Entonces en esta marginalidad y en este descrédito, que la poesía pueda seguir latiendo -como vimos que hay muchos poetas haciendo un trabajo casi sin condiciones- Yo diría que en esa sombra, está el lugar de la poesía y me parece bien que todavía esté ahí”, señaló la poetisa.
Este evento reafirmó el compromiso del Espacio Literario de Ñuñoa con la difusión cultural, consolidándolo como un punto de encuentro para escritores, lectores y todos aquellos interesados en la literatura y su impacto en la sociedad.