El territorio del viaje, Daniela Catrileo

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Reseña: El territorio del viaje

Por Ignacio Rojas.

Al iniciar la lectura de este poemario, el tercero publicado por la poeta y escritora chilena Daniela Catrileo (1987), es importante recordar su título, porque define con certeza su fisonomía. Si bien este se encuentra dividido en dos partes, se trata de dos momentos del mismo viaje, por lo que no resulta azaroso leerlo como un solo poema de largo aliento, el cual, se va desmembrando en escenas o fotogramas que dan forma a este territorio, un territorio en movimiento. Sin embargo, de lo que no tenemos tantas certezas es sobre su itinerario, el que poco a poco se va revelando al dejar al descubierto las huellas de la violencia:

Miro tras la noche
Niebla bajo la luz Panamericana
–Aquí bajo– le digo al chofer.
–Esta es zona roja– contesta.

Este es un poemario en donde la dimensión política y de resistencia es abordada desde los conflictos internos del sujeto; desde su viaje interior, o más bien en la herida que la atraviesa. Este es un viaje de búsqueda a las raíces de la identidad y también sobre la mirada y el peso de lo que atestigua esa mirada. En medio de la llamada “macrozona sur”, donde la violencia más descarnada se vive como pan de cada día, el sujeto no deja de cuestionarse sobre su desarraigo y el destino de su voz:

Tengo un fantasma por hogar. Lo puedo manejar al antojo de un abandono. El espacio como nudo amarra un puñado de insectos. Mi lugar huérfano y expulsado, mi braceo imaginario ante la desidia. Mi regreso como quien le prende velas a sus muertos, como quien despierta de un largo sueño esperando sobrevivir.

Este punto es capital, ya que el poemario abre con una pequeña y esperanzadora dedicatoria “a cada lamngen (hermana) que retorne”, para luego sembrar cierta incertidumbre con el epígrafe de la escritora argentina María Negroni y finalmente rematar con esta pregunta: “¿Acaso mi destierro fue justamente convertirme en escritura?”. Todo esto en las cuatro primeras páginas, siendo un inicio que dice mucho sobre el rumbo del poemario.

Si nos remontamos a los grandes viajes, recordaremos que la gran pérdida de Ulises fue Ítaca, pero gracias a la ayuda de los dioses él pudo despertar de su encantamiento y retomar su retorno a casa. Sin embargo, a diferencia de Ulises, el sujeto de Catrileo vuelve sin volver; no ve horizonte sino solo un continuum interminable: “Lo único que soy es viaje/ lo demás queda a mitad de camino.” O cuando lapidariamente sentencia: “Nunca tuve casa, estoy repartida y fragmentada en este cuerpo escrito en islas. Diseminada en savia de viejos foye del camino. No hay más que viaje, una y otra vez.”

Casi al inicio el poema titulado “Diáspora” ya se nos habla de esta paradoja: “[…] la semilla a veces se pierde/ cuando se siembra”. Desde aquí, solo quedan preguntas ¿Es Ercilla o el Wallmapu, territorio usurpado y violentado, la Ítaca a la que se quiere volver? ¿Qué se pierde en el camino?, ¿cómo encontrar la semilla?, ¿cómo atestiguar la violencia en la propia tierra y al mismo tiempo el desarraigo?

Daniela Catrileo (San Bernardo, 16 de marzo de 1987): Escritora, profesora de filosofía, feminista, e integrante de la Editorial y Colectivo Mapuche Rangiñtulewfü, Daniela Catrileo ha publicado diversos libros de poesía y narrativa. Durante el 2011 fue becaria de la Fundación Neruda y luego obtuvo la beca de creación literaria que otorga el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

Ficha Técnica

Título: El territorio del viaje
Dimensiones 13 × 20 cm
Páginas: 52
Colección: Canción Callejera
Género: Poesía
Fecha de Publicación: 11/2021
Editorial: Edicola
Autora: Daniela Catrileo

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